180 dólares por mes
Olvídense de buscar un líder si todo líder que encontremos luego lo vamos a enloquecer dándole la chequera petrolera y con la cual pasará, en menos de lo que canta un gallo, de considerarse de un elegido nuestro para servirnos, a simplemente ser un elegido.
Si deseamos persistir en esta locura colectiva nuestra de creer que vamos a estar mejor entregándole lo que se recibe por el petróleo al presidente de turno, o dejándonoslo quitar por el dictador de turno, que administrándolo nosotros mismos, es mejor que en lugar de una elección utilicemos una lotería, donde dejamos en manos de Dios decidir, ya que así por lo menos podemos diluir con algo nuestra culpa y nuestras desilusiones.
Por más que lo pienso más estoy seguro que estamos locos. ¿Qué broma es esa de elegir cada cinco o ahora seis años a una persona para entregarle todo el ingreso petrolero solo para luego tener que chuparle las medias al neoarrogante de turno para que nos devuelva algo de lo que era nuestro para comenzar?
Si uno quiere que un maestro de obras haga unos arreglos en la casa, pues se le da un adelanto y se le paga en la medida que vaya entregando sus obras. Entregarle al maestro de obra toda la casa como anticipo, para luego sin que entregue obras tener que rogarle que por lo menos nos deje vivir arrinconaditos ahí entre los escombros, no puede ser otra cosa que locura.
Ya oigo a quienes se rasgan las vestiduras sobre la posibilidad que se le entregue algo de esos ingresos que obtenemos liquidando el petróleo para siempre, directamente a los venezolanos gritar: "¡No, se lo beben en caña!". Pues estoy absolutamente seguro que cada uno de mis veinte y seis millones de compatriotas están en mucha mejor capacidad de darle un mejor uso a sus 180 dólares mensuales, a que un "elegido" lo logre con los cuatro mil seiscientos ochenta millones de dólares mensuales que eso equivale.
Si el gobierno necesita luego cobrar cuatro mil seiscientos ochenta millones de dólares en impuestos, pues eso es ya otra cosa, pero en tal caso ya por lo menos queda claro quién trabaja para quién.