miércoles, 2 de mayo de 2007

Por favor, recapaciten a tiempo

Por los vientos que soplan yo podría llegar haber sido el último Director Ejecutivo de Venezuela en el Banco Mundial. Ruego a Dios que no sea así.

¿Que loquetera es eso? La mejor posibilidad que tienen los países pequeños y en vías de desarrollo de llegar a ser oídos es justamente asegurando su sólida presencia en los organismos internacionales. Abandonar esos organismos por el solo hecho que no sea fácil lidiar con ellos y tirar la toalla rehusando a dar la pelea es igualito al suicidarse por temor de tener que enfrentar la vida.

Por supuesto que no es fácil; por supuesto que puede haber muchísimas ocasiones en que nos parece que estos organismos nos traten de manera injusta y de seguro que en muchas ocasiones de hecho así ocurre… pero ¿quien rayos les ha dicho que el mundo es un lugar justo?

¿Que creen? ¿Que en el mundo real, fuera de los organismos internacionales, Venezuela tendría más voz? Que se bajen de esa mula. La verdad es que lamentablemente Venezuela tiene hoy muy poca voz y los gritos que tanto se oyen por ahí, solo provienen del petróleo ventriloqueando otra vez, vía su muñeco de turno. Seamos honestos, con el petróleo por debajo de 15 dólares por barril, por los momentos no hay presidente venezolano capaz de ganarle en cobertura internacional a una miss venezolana.

Por favor, por amor y respeto a Venezuela, recapaciten, a tiempo. (Venezuela no tiene ni vocación ni futuro, ni como refugio de ermitas acomplejados ni como campamento para hippies trasnochados)

Por cierto y antes de que alguien se haga ilusiones, el dinero que tiene Venezuela invertido en el capital del Banco Mundial, puede que ni siquiera alcance para pagar los gastos de uno solo de esos tantos viajes presidenciales.

Por cierto, en el Banco Mundial, cuando le toca a Venezuela ocupar la silla del Director Ejecutivo, tenemos el privilegio y la honra de también hablar en nombre de otros siete países amigos.

¿No se han dado cuenta que el mundo se achica? Lo que necesitamos no es salirnos del Banco Mundial, sino asegurarnos que funcione mejor.